No cualquiera se anima a ir al fin del mundo, donde termina el mapa, frente a la Antártica: Punta Arenas.
Es más, no todos saben que hay que ir en avión (y que la turbulencia aterrizando es muy fuerte por culpa del viento), porque si te vas en auto, hay que pasar por Argentina… y son tres días de viaje.
Pero aquellos aventureros deberían saber que es lejos una de las mejores ciudades del país (y del mundo, en mi humilde opinión), y hay mucho que hacer en Punta Arenas una vez allá.
Fuerte Bulnes.
Antiguamente no era más que un par de construcciones, que claramente se veían bastante viejas (porque el fuerte fue reconstruido en los años 50), y se podía recorrer en 20 minutos máximo (incluyendo un rápido picnic).
Hace poco cambió de concesionario, y se ha transformado por completo. Me refiero a que de verdad no se lo pueden perder. Es un poco caro para los que no son residentes de Magallanes (los que sí lo son, se llevan un excelente descuento), sin embargo, vale toda la pena del mundo: Se construyó un centro de visitantes con la historia de la región, proyecciones animadas y hasta una cafetería para almorzar un sándwich, todo a fantástico precio. Además, hay una tienda de regalos hermosa donde comprar souvenirs, y se habilitaron miradores que dan al estrecho, para las mejores selfies.
Las Pingüineras.
¿A quién no le gustan los pingüinos? Algo que hacer en Punta Arenas, especial para los niños.
Y existen dos opciones: Isla Magdalena (un poco más caro), o el Seno Ottway, preferdio por la mayoría, donde se puede ver a los pingüinos en su hábitat natural.
Hay un caminito por el que puedes ir viendo a los pingüinos vivir sus días con completa normalidad (comer, dormir, caminar) y sacar fotos.
Advertencia: Cuando ya admiraste un pingüino, los admiraste todos. Pero si nunca has admirado uno, entonces no te lo puedes perder.
Cementerio.
Sí, puede que suena un poco extraño, tétrico y raro, ¿sin embargo, saben qué? El cementerio de Punta Arenas está considerado entre los más hermosos del mundo.
Está muy bien tenido, los árboles están cortados de manera uniforme, se mantienen siempre verdes y los caminos están siempre despejados.
Adicionalmente, hay muchos mausoleos antiguos de familias emblemáticas.
Zona Franca
Especialmente a la gente que quiere hacer shopping, aprovechen las ofertas en productos importados como chocolates o alcohol.
Plaza de Armas
Ubicada en pleno centro, tiene una estatua de Hernando de Magallanes, donde se encuentra además el famoso indio de la pata.
Además, siempre hay pequeños puestos de artesanías y souvenirs, si quieres llevarle un regalo a alguien.
Kiosco Roca
A pasos de la plaza de armas, se encuentra la mejor picada de Chile (incluso hay una placa conmemorativa afuera que así lo dice), donde se puede disfrutar un choripancito con leche con plátano.
Si hay algo que hacer en Punta Arenas que nadie debería saltarse, es visitar este local.
Pero antes de que se imaginen el choripán del asado, aclaro: es una hallullita con pasta de chorizo y mayo casera. ¡Directo al alma! (y al hígado, si no son locales, sugiero empezar con uno o dos, y tener Viadil cerca solo por si acaso)
Casino Dreams
No únicamente se puede ir a jugar a las máquinas, sino que propongo subir al Sky bar. El ascensor es transparente, y se pueden ver la ciudad y el estrecho a medida que van subiendo. Y cuando lleguen arriba, tendrán una vista 360 grados de la ciudad (sí, el Costanera Center lo copió).
Y si van al baño, tendrán una hermosa vista del estrecho mientras hacen lo suyo.
Mirador de la Cruz.
Desde aquí se puede admirar casi toda la ciudad. SI quieren una selfie con cielos azules y el estrecho, no pueden dejar de subir. Además, podrán sentir el viento como se debe: con fuerza.
Café El Inmigrante.
Si lo que quieren es sentarse a tomar un tecito o chocolate caliente (hay desde los más simples hasta los más decadentes), y comer un pedazo de torta de un tamaño sobrehumano (o un prensadito), este es el lugar para ustedes.
Así podrán capear el frío y disfrutar una rica once.
Chocolates Norweisser
Un imperdible, y conocidos como los «chocolates de Punta Arenas», con solo sentir el olor de los chocolates hechos ahí mismo, se querrán llevar toda la tienda.
Quizás no es comparable con otros eventos relacionados con el chocolate, pero créanme que se deberían llevar al menos unos cuadrados y otros bombones.
BONUS: Caminar por la Costanera.
Jamás he entendido por qué en Santiago hay una Costanera, si no hay mar, ni costa, ni nada. En Punta Arenas, la Costanera está bordeando el estrecho, y se pueden dar largos paseos, o puedes simplemente sentarte y disfrutar el viento y la vista.
¡De lo más romántico!